domingo, 24 de febrero de 2013


LA ALERGIA, a la vuelta de la esquina.


La alergia viene definida como una susceptibilidad especial de algunas personas que hace que respondan de una forma exagerada a uno o varios elementos externos. 
Los causantes más comunes de la alergia suelen ser los pólenes de las plantas, algunos alimentos, los productos químicos (incluidos algunos medicamentos), los mohos, los llamados ácaros del polvo, las picaduras de insecto y en general cualquier sustancia capaz de desencadenar una respuesta por parte del sistema inmunitario del organismo.
Esta peculiaridad de las personas alérgicas de desarrollar una respuesta exagerada a un agente externo (alergeno), se acompaña de una serie de reacciones físicas y químicas que son las responsables de los síntomas de la alergia.
El mecanismo por el cual se produce esta alergia, de forma simplificada es el siguiente: cuando los alergenos ingresan por primera vez en el cuerpo de una persona predispuesta a las alergias, se produce una serie de reacciones y se generan anticuerpos específicos contra esa sustancia.
Después estos anticuerpos viajan a unas células llamadas mastocitos que son particularmente abundantes, sobre todo en zonas como la nariz, ojos y pulmones. Los anticuerpos se adhieren a la superficie de estas células y la próxima vez que una persona alérgica tome contacto con los alérgenos a los cuales reacciona, se inicia la liberación de sustancias conocidas como "mediadores de la inflamación", entre los que se encuentra la histamina, que producen los síntomas propios de la alergia.

Muchos de ustedes seguramente conocerán algunos de los síntomas propios de la alergia, tan molestos e incluso a veces, graves y tan difíciles de controlar en alguna ocasión. Es una patología cada vez más frecuente en nuestra sociedad y para la cual nuestra medicina convencional dispone de pocos recursos, las vacunas resultan eficaces en casos concretos como venenos de insecto, al polen y al polvo doméstico, o bien con tratamientos sintomáticos que tantas veces nos han socorrido, sobre todo en urgencias.

Con respecto a sustancias provenientes del reino vegetal (polen), del reino animal (ácaros, pelo de gato,...) y del reino mineral (derivados del petróleo, cosméticos, minerales,...), muchas han estado desde hace mucho tiempo ahí, o incluso a veces las atopias aparecen con la edad, ¿cuántas personas conocen con piel atópica?, ¿no les sorprende?, parece que nuestro entorno se haya revelado contra el ser humano, ¿podríamos plantearnos las alergias cómo un problema de sintonía con el entorno?

A través de la Acupuntura tenemos unos resonadores, o puntos de acupuntura que nos permiten ayudar a sintonizar con nuestro medio, y los podemos utilizar en las llamadas personas atópicas. Además hay otra serie de puntos que nos ayudarán a tratar desde el punto de vista de la localización de las alergias, dependiendo de si estas son oculares, nasales, cutáneas, respiratorias o bien digestivas.

He comprobado además que este tratamiento al integrarlo con el homeopático da resultados muy alentadores. En el arsenal homeopático disponemos a nivel general de POLLEN 30CH, APIS MELLIFICA 15CH Y POUMON HISTAMINE 15CH, al cual añadiremos algún otro dependiendo también de la localización más exagerada de la alergia.

Estos tratamientos no contraindican la utilización de los medicamentos convencionales, sino que intentan reducirlos al máximo o acabar retirándolos con el tiempo, en tanto en cuando las reacciones alérgicas se hacen menos exageradas o desaparecen.

Si usted presenta síntomas de alergia con clínica exagerada o dificultad respiratoria, no dude en acudir a su médico o a un servicio de urgencias.









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